CRÍTICA: "LA JUNGLA: UN BUEN DÍA PARA MORIR" (2013, John Moore)
"Yipe Ki Yai, hijo de pu...". Cada vez que John McClane (Bruce
Willis) pronunciaba la frase insignia de la saga "Jungla de cristal", era inevitable esbozar una sonrisa de oreja a oreja. Por eso resulta
bastante significativo, que cuando en la última película McClane vuelve a
pronunciarla, mi reacción se tradujera en mostrar un poco de indiferencia al
escucharla.
Dejemos las cosas claras desde el principio: "La Jungla: Un buen
día para morir" es, indudablemente, la peor entrega de la serie.
¿Significa esto que nos encontramos ante una mala película?. No necesariamente,
aunque lo que está claro es que tampoco es una especialmente memorable. Lo peor
que le ha sucedido a este film, es que se ve en el compromiso de hacer justicia
al nombre que presenta en su título. Estamos hablando de la que probablemente
sea la saga de acción más importante de la historia del cine y en esta ocasión
no se ha estado a la altura. Esto puede deberse a que los dos máximos
responsables de este entrega, tampoco contaban con un currículum para enmarcar.
En la dirección tenemos a John Moore, que había adaptado el videojuego
"Max Payne" y realizado el remake de "La profecía" y en el
guión encontramos a Skip Woods, autor de los libretos de "X-Men orígenes:
Lobezno" o "Hitman". La dirección de Moore resulta en varias
escenas confusa, con continuos movimientos de cámara que impiden el seguimiento
de la acción, imitando el modelo de la saga "Bourne", en las que
cuesta discernir quién dispara a quién. Evidentemente hay determinados
instantes de indiscutible espectacularidad, la mayoría concentrados en su clímax
final, pero la película se habría beneficiado bastante de una realización menos
espasmódica. En cuanto a la historia, el guión de Woods emula el modelo de las
buddy movies ochenteras, presentando al hijo del personaje como compañero de aventuras. La trama se
desarrolla en Rusia, situándola por primera vez en la saga fuera de Norte
América, aunque esto no influya considerablemente en el devenir de los
acontecimientos, salvando algún giro de guión. El mayor problema, es que Woods
desdibuja a McClane hasta el punto de que el personaje parece haber perdido
parte de su esencia. Es cierto que desde la primera entrega hasta esta que nos
ocupa, McClane parece haber desarrollado progresivamente una cierta
invulnerabilidad ante los peligros que le rodéan. En esta ocasión se ha potenciado
este aspecto, hasta el punto de que nos preguntaremos si realmente se trata de
un ser humano. Aparte de salir sin un rasguño de tiroteos y accidentes de
coche, McClane muestra también sus habilidades como prestidigitador y
cleptómano (?). Por otra parte, el equilibrio entre tensión y comedia característico
de la saga, en la que cada situación venía acompañada de un comentario
ingenioso, se ha perdido un poco. Es como si con la edad, McClane se hubiera
quedado sin chistes que contar. En cuanto a la relación con su hijo,
interpretado con eficacia, pero sin especial carisma, por Jay Courtney,
resulta uno de los pocos aciertos del film. Existe cierta química entre Willis
y Courtney y su relación como padre e hijo distanciados y reconciliados,
convence a pesar de los inevitables convencionalismos. En el resto del reparto
encontramos a Sebastian Koch, visto en la excelente “La vida de los otros”, que
aquí simplemente cumple con el papel que se le ha dado y a Yuliya Snigir, cuya
belleza hace que su presencia en pantalla resulte hipnótica.
Al final la quinta entrega de “La Jungla” resulta lo suficientemente
entretenida como para que no lamentemos en exceso el dinero invertido en la
entrada. El principal problema, como ya he mencionado, consiste en que se
intente integrar dentro de una saga que, a pesar de ciertos altibajos, ha
logrado conservar entrega tras entrega unas señas de identidad propias, que en
esta ocasión se han difuminado de forma considerable. Si en lugar de llevar el
título de “La Jungla” se hubiera optado por otro del tipo “De tal palo tal
astilla” o “Padre e hijo en apuros”, estaríamos hablando de una película de
acción tan disfrutable como olvidable. Al tratarse de una nueva entrega de la
saga de acción por excelencia, lamentamos decir que nos encontramos ante un
producto decepcionante.
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