CRÍTICA: "G.I.JOE : LA VENGANZA" (2013, John M.Chu)
Por Pablo Álvarez
“¡Menuda estafa!”. Esto fue lo primero que exclamé cuando aparecieron en
pantalla los títulos de crédito finales de "G.I.Joe : La venganza". Y
es que en ese instante, no encontré palabras que expresaran mejor mi
descontento tras ver la película (a decir verdad si, pero intentaré mantener los eufemismos en esta crítica). Avalada por una gran cantidad de críticas que
la situaban mejor que la primera entrega, muchos han sido los que han
calificado a esta secuela de entretenimiento sin precendentes. Y es cuando yo me
pregunto : ¿Qué mierda se han fumado?.
Cuando Stephen Sommers estrenó en 2009 "G.I.Joe", consiguió un
producto que, sin ser una maravilla, resultaba un divertimento de primer nivel,
que conseguía rescatar el espíritu lúdico de la serie de dibujos ochentera, con
un ritmo imparable y espectaculares escenas de acción que seguían a rajatabla la
máxima del “más difícil todavía”. Además, presentaba una galería bastante amplia
en el bando de los héroes y los villanos, para que todos los que disfrutamos
jugando con las figuras de Hasbro en nuestra infancia, pudiéramos rememorar
viejos recuerdos, reviviendo las aventuras de nuestros personajes favoritos. El
éxito internacional de la película originó, el desarrollo de la inevitable
secuela que ahora nos ocupa . Cuando en un principio se anunció que el
responsable de llevarla a cabo, iba a ser el realizador John M.Chu, en cuyo
currículum sólo constaban varias entregas de la serie "Step-up" y un
documental sobre Justin Bieber, muchos dudábamos de que su elección fuera la idónea
para un producto de este tipo. Tras ver la película, puedo confirmar que los
que compartíamos esa opinión no andábamos muy desencaminados, ya que,
exceptuando algún momento aislado, el director se muestra incapaz de dotar de cierto
sentido del ritmo o la emoción a las escenas de acción, que tampoco son muchas.
Su realización resulta impersonal y aburrida, algo a lo que tampoco beneficia
el hecho de que la calificación por edades implique que cualquier muerte que
aparece en pantalla, resulte aséptica hasta el extremo y aparezca fuera de
plano. Se podría hacer una concesión al respecto, si al menos hubiera cierto
sentido de la orientación en la batallas y la dirección no nos impidiera
discernir entre quien dispara a quien. Además, también se ha perdido la gran
escala que caracterizaba a la anterior entrega, con peleas que suceden en
espacios muy reducidos y un diseño de producción que luce bastante barato y que
hace cuestionarse a dónde han ido a parar los más de 180 millones de su presupuesto.
En cuestión de personajes, en esta ocasión escasean bastante y a excepción de
Snake Eyes (mi favorito), tampoco resultan dignos de mención. Dwayne Johnson y
Bruce Willis, intentan insuflar algo de carisma al conjunto de forma infructuosa.
El primero con su imponente presencia física y el segundo por su popularidad,
pero al final ambos parecen actuar con el piloto automático, sin molestarse en matizar
su interpretación, de tal modo que los diferencie de cualquier otra producción
de acción de las que suelen protagonizar. En el bando de los villanos "Cobra", salen ganando en
este aspecto, con un acertado diseño del Comandante, aunque no cuente con
suficiente tiempo en pantalla como para convertirlo en un personaje memorable;
el siempre excelente Byun-Hun Lee repitiendo el papel de Storm Shadow o Ray
Stenvenson como Firefly, que sin duda supone la novedad más interesante de esta
entrega.
A pesar de la mediocridad general que caracteriza al producto, sería
injusto pasar por alto el único momento de toda la película, que resulta
realmente excitante. Se trata de una escena de acción, excelentemente dirigida
y coreografiada, en la que los personajes de Snake Eyes y Jinx se enfrentan a
un numeroso grupo de ninjas enemigos, mientras se encuentran suspendidos a gran
altura, en una kilométrica montaña del Himalaya. Dicha secuencia resulta tan
trepidante, original y divertida, que hace que resulte mucho más frustrante la
valoración de la película, sabiendo que si hubiera mantenido el tono que
transmiten estos instantes en todo momento, estaríamos hablando de un trabajo
infinitamente mejor. Por desgracia, una vez esta concluye, se vuelve al tono
aburrido, caótico y falto de garra que prevalece en el resto del metraje.
La secuela de “G.I.Joe” se presentaba a priori como un enfoque más
adulto y oscuro a la saga, respecto a la primera entrega. Al final acaba resultando un producto que lejos de potenciar las virtudes de la anterior, abraza
sus defectos y los empeora. Es una película tediosa y monótona, que demuestra la
incapacidad de su director, John.M Chu, por divertir al espectador, que es lo
mínimo que se le pide a una producción de este tipo.
Se comenta que el próximo proyecto de Chu, será la nueva versión de “He-Man”.
Contando con estos precedentes, prefiero no albergar falsas esperanzas por si termina
resultando una producción tan olvidable como esta. ¿Y a quién le importa?. Siempre
nos quedarán Dolph Lungren y su peluca rubia.
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