("Spring Breakers" 2013, Harmony Korine)
Por Mario M.Caro
Estamos ante la nueva obra del polémico cineasta Harmory Korine, autor que surgió hace ya mas de una década y que estaba encumbrado a cargar con el estandarte de niño prodigio del cine independiente americano gracias películas tan extravagantes y provocadoras como su opera prima 'Gummo' (1997) o 'Trash Humpers' (2009) verdaderas joyas cinematográficas a medio camino entre el vídeo arte y el ensayo.
En su nueva obra, pese a venir cargada de sabor a cine comercial, la esencia y la potencia visual de su director siguen intactas en lo que probablemente sea la mejor película sobre la llamada 'generación MTV'.
Harmony es un tipo inteligente, su cine tiene una intención que solo pueden alimentar los grandes autores: la de hacernos pensar. En Spring Breakers su director disfraza de manera consciente y perversa una película en principio vacía, en un gran discurso sobre una generación completamente perdida de mentes lavadas y vidas muertas en la que la única sensación de felicidad se puede alcanzar mediante un falso nihilismo empapado en drogas, fiesta y dinero fácil.
Un guion inteligente y con acertados matices es lo que subraya el tono argumental de este film, Harmony inunda la pantalla de una forma asfixiante y casi repulsiva, con tetas operadas, culos tambaleantes, abdominales sudorosos y armas, muchas armas, en lo que parece ser un 'coktail' que define a la perfección una parte muy amplia de esta generación en EE.UU cuyo único interés es el dinero fácil y rápido para que la vida nunca pueda parar de ser una fiesta, una evasión constante, unas vacaciones permanentes.
Pese a todo la cinta, de manera audaz, no se permite el lujo de juzgar a una generación des-idealizada, es más, su narrativa es contemplativa, parece decirnos "así son nuestros jóvenes, así los hemos creado, yo no digo que este mal, pero......" una reflexión interesante y muy acertada que obtiene su culmen narrativo en una violencia casi palpable y desmesurada en la que sus protagonistas parecen sentirse como pez en el agua "como si fuera un video-juego" rezan y la verdad es que ese pensamiento asusta....
En una película que retrata un mundo tan banal y despreocupado, es difícil no caer en la parodia y crear personajes simples que caigan en la trampa de su propio juego existencialista, Korine por el contrario logra crear personajes realistas y ricos en matices, todo ello sin perder la esencia de lo que encarna la cuestionable filosofía que pretende retratar este film. Aun así, y quizás la carencia narrativa mas obvia de la historia, es el personaje con mas juego de la cinta (el interpretado por Selena Gomez) cuyos dilemas morales tienen mayor profundidad e impacto y que sin embargo se diluye en mitad de la cinta, una lastima ya que se obtiene la sensación de poder haber sacado mas partido a este personaje, no obstante el ritmo narrativo es correcto y el juego de contrastes de la película logra mantenerse hasta su premonitorio final.
Tecnicamente hallamos uno de los puntos fuertes del film, la película tiene un impacto visual enorme, la colorista fotografía utilizada por el director es todo un acierto y encaja como un guante en este mundo siliconado de purpurina y colores fuxia, todo un éxtasis visual lleno de color y armonía modernista es sin duda el reflejo consciente de todos aquellos que alguna vez hemos visto esa típica fiesta universitaria en una playa abarrotada de EEUU.
Su directa puesta en escena plagada de mares de neón con colores chillones no ensombrece en absoluto esa peculiar cámara en mano sello de identidad del director que rebosa planos de angulación imposibles y que ademas sirve al juego de otro de sus puntos fuertes, su peculiar montaje, que pretende emular en una sabia (y medida) planificación a la música de moda en esa generación: el techno. Su montaje mediante elipsis temporales breves que vuelven adelante y atrás (o se repiten) y que narran la secuencia desde puntos de vista diferente no es mas que una bien pensada metáfora de la unidad musical por excelencia de esta generación: "el beat", un golpe de sonido que se repite de forma estructurada para crear los himnos tan de moda hoy en día, una interesante y fresca propuesta que lejos aburrir, engrandece su narrativa enormemente.
En el plano artístico Korine, tipo listo, ha sacado partido y de paso afianzar de forma casi metaficcional la atmósfera de su historia al escoger actrices infantiles de la factoría Disney, pequeños angelitos que han crecido ofreciendo a su propia generación las series 'infantiloides' mas cursis y resabidas y que ademas han rodeado a la película de un morbo y espectación con lo que el director sabiamente ha sabido jugar, por supuesto las elecciones de Selena Gomez o Vanessa Hudgens no han sido al azar.
Ademas de ellas, que no destacan por su plano interpretativo exactamente, tenemos a un James Franco que lo borda en un papel extremo y desmedido pero que sabe encarnar y dotar de vida a la perfección, un buen trabajo de Franco en un papel para el que nada tenemos acostumbrado a verle, toda una lección interpretativa, si señor.
En resumen una película curiosa, distinta, atrevida y pese a no parecerlo, demasiado profunda, un retrato descarado de parte de la generación a la que muchos pertenecemos y otros muchos se identifican, sin maldad y sin prejuicios pero con muchas ganas de sacudir conciencias.
PUNTUACION:
3 1/2 Pepaçaos
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